Bernardo Romeo: “Mirko Saric era un pibe excepcional, tengo un gran recuerdo de él”

El ídolo de San Lorenzo habló de la relación con su ex compañero, a quien definió como “un jugador de la puta madre”. “Lamentablemente son cosas que te dejan marcado, algo muy feo que nos tocó vivir. Lo importante es recordarlo con esa alegría que tenía”, dijo el goleador.


Pasaron más de 21 años desde el 4 de abril del 2000, aquella tarde en la que Mirko Saric, sumido en una profunda depresión, decidió ponerle fin a su vida. Sin embargo, su recuerdo sigue vivo en sus seres queridos y en todo el pueblo azulgrana que jamás olvidará a ese juvenil que, con su elegancia y su amor por San Lorenzo, se metió en el corazón de los hinchas.

Bernardo Romeo, goleador e ídolo del  “Ciclón”, dialogó con Proyecto Boedo para rememorar la relación que tenía con ese “jugador de la puta madre”, como lo describió, dentro y fuera de la cancha.

¿Cómo comenzó tu relación con Mirko Saric en San Lorenzo?

Yo llegué a San Lorenzo en 1998 y él estaba alternando y jugando en la Tercera junto al “Pipi” Romagnoli, Walter Erviti, Guillermo Franco y el “Pipa” Estévez, que era muy amigo de Mirko, entre otros. Yo, que venía de Estudiantes de La Plata, me fui incorporando y enseguida empezamos a jugar juntos en la famosa Cicloneta, hasta que después nos tocó también en Primera. Teníamos una relación muy buena.

¿Cómo lo describirías?

Era un pibe excepcional, a medida que fue pasando el tiempo nos fuimos haciendo cada vez más compañeros. Me queda un gran recuerdo de él, era un tipo bárbaro.

¿Cómo viviste el 4 de abril del 2000, cuando te enteraste de la noticia?

Fue un golpe durísimo. Yo estaba en mi casa, en La Plata, y me enteré por la televisión. Fue todo muy raro, muy difícil. Con Estévez, Aldo Paredes, Félix Benito y Mirko habíamos ido al campo de un tío mío en Chascomús, dos o tres semanas antes, y nunca notamos nada, no imaginábamos que algo así podría pasar. Eso, además, te deja un sabor amargo.

¿Podés llegar a comprender un poco más lo que pasó?

En ese entonces estábamos metidos en el mundo San Lorenzo, en querer jugar en Primera y llegar a ser un jugador profesional. Después pasó lo que pasó y mucha gente se preguntaba si podíamos haber hecho algo más para colaborar con el momento que Mirko vivía en lo privado. Es muy difícil, era algo muy particular, fue un desastre el momento vivido. Nosotros lo queríamos mucho. Si bien era algo introvertido, era una persona fantástica igual que el hermano, Martín, con quien tengo una linda relación. Lamentablemente son cosas que te dejan marcado en el fútbol, algo muy feo que nos tocó vivir. Uno trató de acompañar a la familia desde donde pudo. A veces no hay explicación para estas cosas, que lamentablemente son reales y suceden. Lo más importante es recordarlo a Mirko con esa alegría que tenía.

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El plantel de San Lorenzo de aquel entonces contaba con muchos juveniles pero también tenía jugadores de gran experiencia, ¿Cómo lograron sobreponerse a un hecho tan doloroso e inesperado?

Fue una noticia muy fuerte para el fútbol y para nosotros que éramos sus compañeros, pero hubo que seguir. En la vida todo continúa y no queda otra que sobrellevarlo. Me acuerdo que hablé mucho con Ruggeri y con Causillas.

Hoy trabajás como coordinador de las Selecciones Juveniles de Argentina, ¿Cambiaste tu manera de pensar el aspecto psicológico a partir de lo que pasó con Mirko? ¿Lo tenés en cuenta en la formación de los jugadores?

Si, después de 20 años como jugador, uno tiene muchas experiencias. Esta es una de las feas. Hoy, a partir de eso, uno puede aconsejar a los chicos en formación. El jugador de fútbol vive situaciones que no son normales, se encuentra con momentos muy lindos rápidamente y hay que saber llevarlos. El área de psicología en el deporte es muy importante, quizás antiguamente no había tantos psicólogos pero ahora, con los cambios de la sociedad, ya tienen más lugar.

Como decís, en ese entonces era un aspecto que no se tenía muy en cuenta y el caso de Mirko terminó siendo paradigmático para abrir esos debates…

La psicología en el deporte siempre fue difícil de implementar, sobre todo en esa época. Hoy, muchos clubes cuentan con profesionales y es muy importante. A mí, de grande y faltando poco tiempo para mi retiro, me convencieron de ir a un psicólogo y fue una ayuda para dejar el fútbol, me hizo muy bien. Yo aconsejo siempre ir, con tantas tentaciones, tantas cosas raras en la vida, siempre es importante tener una ayuda profesional. Hay que darle al área una función importante, de nada sirve que esté el psicólogo y que no participe, cuando se advierte un problema en específico debe trabajarse permanentemente.

Hablando de la faceta futbolística, ¿Qué dirías de Mirko como jugador?

Tenía muy buen manejo de la pelota y era muy elegante. Me acuerdo de un partido que le ganamos a River donde comenzó a explotar y todos empezaron a hablar de él. Tenía un ida y vuelta muy bueno, era distinto. A veces hacíamos las pasadas juntos y físicamente le sobraba mucho. Para mí, como centrodelantero, era estar siempre atento porque él venía de frente, con ese tranco especial, y buscaba el apoyo. Tenía un potencial enorme para desarrollar, era un jugador de la puta madre.

Por Federico Giannetti

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